GONZ P. (2010) La saliva del tigre, 20:13 Editores, Valdivia, Chile
EL GOL
Escuchó desde la cama el monstruoso grito de la ciudad; y media hora después, los primeros cantos callejeros. Se levantó, se echó la bata por los hombros y se acercó a la ventana: muchachas y nuchachos con banderas, como el día que empezó la guerra; con los puños alzados, como el día que empezó la guerra; sonrientes, como el día que empezó la guerra. Corrió las cortinas, Volvió al dormitorio. Se acostó. Repasó mentalmente sus provisiones.